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Semana Santa en Antigua Guatemala

El Pais de Guatemala se caracteriza por una Semana Santa muy tradicional que para algunos es la Semana Santa mas hermosa del Mundo la cual esta llena de colores, manifestacion religiosa, tradicion y folklore.  Lo mas visto y mencionado son las famosas Procesiones pero porsupuesto las de mayor trasendencia se realizan en Antigua Guatemala llevando en anda una imagen de Jesucristo durante algun pasaje de su pasion y la cual es cargada por los "Cucuruchos" los cuales son devotos a llevar en hombros a algun nazareno y las damas en su caso llevan la imagen de la Virgen Maria.

En todo el país se elaboran alfombras al paso de las procesiones, siendo las más famosas las de la Antigua Guatemala. Los cucuruchos que cargan en las procesiones, visten túnica y bonete (llamado cucurucho) en la mayoría de ocasiones de color morado, y el viernes santo por la tarde y noche de color negro en las procesiones del santo entierro. En Guatemala todas las procesiones van acompañadas de las marchas fúnebres que es un género exclusivo de música de este país, es el segundo tipo de música más famosa de este país después de la marimba. Casi todas las marchas fúnebres han sido compuestas por guatemaltecos, exceptuándose únicamente la marcha fúnebre de Frederick François Chopin y de Beethoven.

Durante la cuaresma hasta el viernes santo por la mañana se realizan procesiones con la imagen de Jesús Nazareno acompañado de la imagen de la virgen de dolores, el viernes santo por la tarde y noche se realizan procesiones con la imagen de Cristo Yacente o Señor Sepultado acompañado de la Virgen de Dolores, San Juan, María Magdalena y en Algunos casos también José de Ariimatea y Nicodemo, en la procesión del santo entierro. El sábado santo se realiza la procesión de pésame de la virgen y el domingo de resurrección se realizan procesiones con la imagen de Jesús Resucitado acompañado de la virgen María.

Guatemala tiene pocas celebraciones colectivas que cohesionen con entereza a todos los habitantes de este envoltorio mágico. Guatemala no canta, o baila, no danza. En las conmemoraciones de Cuaresma y Semana Santa se resume todo el espíritu y la idiosincrasia del guatemalteco, pues el guatemalteco ha hecho de la Pasión y muerte de Cristo la expresión más genuina de su personalidad colectiva. Es la fiesta que parte en su esencia de la espiritualidad más profunda, donde se combinan indisolublemente las ancestrales creencias mayas con el fervor del cristianismo occidental, por lo que el respeto y el recato pernean todo el espacio sagrado de estos días, que se convierten en el año completo. Pero a su vez y sin lugar a dudas la Semana Santa, es la gran fiesta del guatemalteco, se encarga de cohesionar a la familia nuclear, sus amistades espirituales y sociales, y convierten la convivencia colectiva en un canto a la hermandad. El guatemalteco ríe, llora, se estremece, canta, bebe y come durante este espacio que lo hace sentir y vivir a plenitud su ser colectivo único e irrepetible. Guatemala no podría entenderse sin la Semana Santa; por algo los guatemaltecos inventamos las marchas fúnebres, las procesiones de nazarenos, llevamos a su máxima expresión el arte efímero de las alfombras de aserrín y hacemos una creación inusitada de cada velación. Familias que se unen, que viajan del exterior sólo para cargar a sus Santos. Turnos que se heredan de generación en generación, Señores y Vírgenes que se convierten en amigos íntimos y entrañables.

Por tanto, la Semana Santa es una fiesta afana que debe entenderse como la máxima expresión de la nacionalidad y del alma colectiva del guatemalteco de todas las clases sociales y de los cuatro pueblos que habitamos este envoltorio mágico del sur de América. Guatemala, además de ser un país multiétnico, pluricultural y plurilingüe, también se caracteriza por ser una nación plurirreligiosa desde los tiempos de la colonización y evangelización, en donde los procesos históricos y culturales llevaron a la sincretización de las ideas sacras. En tal sentido, hasta el siglo XIX en Guatemala convivían la religión católica en su vertiente oficial y popular y la religiosidad maya en forma oculta. A partir del siglo XX, con la Reforma Liberal, surgen la libertad de cultos y las denominaciones religiosas no católicas que han crecido hasta nuestros días. Sin embargo, la fuerza de la Semana Santa no ha sido minada por las iglesias evangélicas, ya que esta fiesta sacroprofana va más allá de la fe, pues en su esencia hay un crisol de nacionalidad, de identidad y cultura propia. De tal manera que las transformaciones de la Semana Santa han sido mínimas, pues, por un hermano que se separa del rebaño, surgen más que vienen a llenar estos vacíos. Por lo tanto, Guatemala tiene garantizada esta gran fiesta nacional por los siglos de los siglos, por su genuina autenticidad y su acentuada espiritualidad. La procesiones de Semana Santa caracterizan el sentir del católico guatemalteco, siendo su mayor expresión de tradición y fe, los cortejos procesionales de la ciudad capital Ciudad Guatemala y de la Antigua Guatemala.

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